Señor:
La niebla no puede
más,
ni las palabras
muertas,
ni la soledad que
no sabe serlo,
ni los ríos
esqueléticos,
ni nada del viento
que no se asesine.
No puede más nada,
nada puede más
si lleva el
corazón
en convencimiento,
deteniendo los
fusiles
o arreglando los
libros
para el niño que
va a crecer
por unos labios
que sean
del mundo no
astuto y silenciador...,
no castigado
de la vida.
¡Nada ni nadie puede más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario