domingo, 23 de septiembre de 2012
Para nuestra pobreza pobre y fría
te anima este corazón sufriendo
que nunca hay dignidad, como lo horrendo,
ni para lo que nuestro azul quería.
Ni para nada desde la alegría
de paria que jamás por siempre entiendo,
ni para algo ya seguir viviendo
por la piedad que pide el alma mía.
Como humildad que sin poder insiste,
el que se queda así no tiene nada
por aguantarse inmensamente triste.
El que se abraza a la palabra sola,
la luz que se atrinchera desangrada
de tanto que se grita y que se asola.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Esta noche tengo el corazón
tirado.
Esta noche rezo
agriamente
como esos niños abismados de
abandono
y el tiempo no lo ha
reconocido aún.
Es lo que ocurre, es la
soledad, la del olvido
que ni siquiera el insomnio -ni el destemple invernal-
ya comprende.
Me duermo sin voz deseada y ya
sin sangre
abrazada al mundo, en el
reventar de llanto
y en toda pobreza.
Es mi noche, Sueño, y se me
hunde la llamada
que quiera hacer o el corazón quizás…,
se me hunden mis respiros,
mis palabras
ante faustos traficantes de
cielos y de esclavos.
Así es, es mi noche en la
ausencia pertinaz,
es mi noche
con su inganable reino,
es mi noche solamente noche.
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