domingo, 16 de septiembre de 2012


Esta noche  tengo el corazón tirado.
Esta noche rezo
                           agriamente
como esos niños abismados de abandono
y el tiempo no lo ha reconocido aún.

Es lo que ocurre, es la soledad, la del olvido
que ni siquiera el insomnio -ni el destemple invernal-
ya comprende.

Me duermo sin voz deseada y ya sin sangre
abrazada al mundo, en el reventar de llanto
                               y en toda pobreza.

Es mi noche, Sueño, y se me hunde la llamada
                         que quiera hacer o el corazón quizás…,
se me hunden mis respiros,
mis palabras
ante faustos traficantes de cielos y de esclavos.

Así es, es mi noche en la ausencia pertinaz,
es mi noche
con su inganable reino,
es mi noche solamente noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario